Arena y mar que no se encuentran
Sabes a su arena, hueles a su mar.
Eres arena de otro mar que contamina mi orilla.
Tu arena no me deja respirar,
mi mar, sin dudas, te hunde.
Este mar supo salvarte,
del viento pirata
de tus propios pensamientos,
con su vaivén dio paz,
con su azul compañía.
Hoy, arena blanca y feliz
te vas, te das
a los que no conocieron
tu incierto, tu oscuridad.
Ro
Junio 22, 2010
Madrid